¿Para quitarse los parásitos del lomo? ¿Para untarse con savia y repeler
a los insectos? ¿Para aliviar los picores? ¿O para atraer a las
hembras? Son algunas de las explicaciones que hasta ahora barajaban los
científicos para justificar la costumbre de los osos grizzly de Norteamérica de frotarse contra los árboles. El profesor Owen Nevin, de la Universidad de Cumbria, las ha descartado todas y asegura que se trata de una singular forma de comunicación.
Para llegar a esta conclusión ha estudiado durante dos años todos los
movimientos de estos animales. Utilizando cámaras con sensores
infrarrojos, Nevin ha comprobado que el ritual del oso al acercarse al
tronco es siempre el mismo: se rasca la espalda, gira, muerde el árbol,
después le da un "abrazo de oso" y, finalmente, frota sus mejillas y su
espalda contra él. La secuencia se repite año tras año, y siempre en los
mismos árboles, cuando los osos recorren el territorio buscando
compañeras con las que aparearse. Según el experto, el objetivo es
marcar con su olor los árboles para avisar a otros machos adultos de que están en la zona y evitar una pelea mortal. "Para un gran animal como éste, la única amenaza es otro como él?, asegura Nevin.
Además, el investigador observó cómo algunos osos jóvenes se frotan el
cuerpo contra los árboles que previamente han visitado los machos que
cortejan a sus madres. No hay que olvidar que es frecuente que un adulto
de esta especie ataque y mate a la camada de una hembra para aumentar
sus posibilidades de aparearse, y que al oler como ellos los oseznos
pueden evitar la agresión.
Fuente: Muy interesante
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