SABEN QUE SON MORTALES
En las colonias de hormigas, la supervivencia del grupo depende, en muchos casos, de que algunos de sus miembros asuman riesgos. Ese papel suele estar reservado a los individuos más mayores,
que se aventuran a explorar zonas alejadas de la colonia mientras las
trabajadoras jóvenes permanecen a salvo ocupándose de tareas
"domésticas" dentro del nido. De esta forma se consigue una mayor longevidad media de las hormigas y, por lo tanto, de la colonia.
Pero, ¿cómo saben estos insectos sociales cuándo se acerca su hora?
¿Tienen simplemente un "reloj vital" interno o son conscientes de su
estado de salud? Para averiguarlo, Dawid Moron y sus compañeros de la
Universidad de Jagiellonian, en Polonia, han llevado a cabo una serie de
experimentos con Myrmica scabrinodis.
En cada una de las once colonias estudiadas, a la mitad de las hormigas se les redujo la esperanza de vida
exponiéndolas a dióxido de carbono (que acidifica su sangre y daña su
sistema nervioso) o dañando su cubierta para exponerlas a infecciones.
Pasadas cinco semanas, y para sorpresa de los investigadores, estas
hormigas empezaron a abandonar la colonia en busca de comida más
temprano y con más frecuencia que sus hermanas "sanas" de la misma edad.
Los detalles sobre este curioso comportamiento se han publicado en la revista Animal Behaviour.
NEPOTISMO Y CORRUPCIÓN
Un estudio de la Universidad británica de Leeds publicado en la revista PNAS acaba de echar por
tierra la fama de cooperadoras y ecuánimes que tenían las hormigas.
Hasta ahora se pensaba que la nutrición era el secreto de la "realeza" en estos insectos,
y que el hecho de que algunas larvas consumieran ciertos alimentos
permitía su desarrollo hasta convertirse en reinas. Sin embargo, Bill
Hughes, investigador de la Universidad de Leeds (Reino Unido) acaba de
demostrar que es la genética la que manda. Según el investigador,
algunos machos pasan uno o varios genes que permiten a sus
descendientes convertirse en reinas reproductoras, y no
en ?simples
obreras? estériles. De esta forma, estas nuevas hormigas obtienen una
ventaja y "estafan a sus hermanas altruistas, que nunca tendrán la
oportunidad de convertirse en reinas", puntualiza Hughes.
El problema es que si demasiadas larvas se convierten en reinas, el
desequilibrio podría ser descubierto por las hormigas trabajadoras, que
podrían ponerse en contra de sus dirigentes. Por eso, los machos que
portan el "ADN real" lo diseminan por diferentes colonias, para pasar
más desapercibidos.
Según el doctor Hughes, cuando uno estudia insectos sociales
como las hormigas y las abejas "es el aspecto cooperativo de su
sociedad lo que primero destaca". Sin embargo, un análisis más profundo
pone de manifiesto que la corrupción y el egoismo están también
muy presentes en sus colonias.
ASUSTADORAS DE ELEFANTES
Las acacias de Kenia (África) serían derribadas y devoradas sin piedad por los elefantes si no fuera por que cuentan con diminutos aliados: unas hormigas mil millones de veces más pequeñas que los paquidermos que, sin embargo, consiguen asustarlos.
Según revela un estudio publicado en el último número de la revista Current Biology,
las columnas de hormigas disuaden a los elefantes introduciéndose en su
sensible trompa si se atreven a acercarse a las acacias, que a cambio
de protección ofrecen a los insectos
refugio y alimento en forma de néctar. "Es una historia de David contra
Goliat", explica el biólogo estadounidense Todd Palmer, coautor del
trabajo.
Con este hallazgo se confirma que las hormigas tienen un importante impacto sobre el ecosistema de la sabana en la que viven, al proteger
a unos árboles que son necesarios para absorber el dióxido de carbono y
reducir así la acumulación de gases de efecto invernadero, señala el estudio.
Todd
Palmer y su colega Jacob Goheen , de la Universidad de Wyoming, en
Estados Unidos, se dieron cuenta durante una investigación en Kenia de
que los elefantes se apartaban de una variedad de acacia común en la zona, la Acacia drepanolobium, en la que proliferan estas hormigas, mientras se alimentaban de otras variedades como la Acacia mellifera,
su plato preferido, que está libre de estos insectos. Y comprobaron que
eran las hormigas -y no el sabor de cada especie- las responsables de
estas diferencias. Además, en un experimento a campo abierto, los
científicos eliminaron las hormigas de algunas acacias y comprobaron un
año después que estos árboles habían sufrido muchos más daños que los
demás.
Un detalle curioso es que estos mismos insectos no
molestan a las jirafas, que se alimentan sobre todo de hojas de acacia y
apartan a las hormigas con su rugosa lengua. La trompa del elefante, sin embargo, es muy sensible a las picaduras de las hormigas y es el auténtico "talón de Aquiles" del animal, según los científicos.
LA HORMIGA DE FUEGO ROJA ES UNA TROTAMUNDOS
Investigadores del Centro de Entomología Médica, Agrícola y Veterinaria
del Departamento de Agricultura de Estados Unidos han utilizado el ADN de la hormiga de fuego roja (Solenopsis invicta) para estudiar el recorrido de sus sucesivas invasiones durante su expansión por tres continentes.
Según señalan los autores del trabajo, publicado en Science,
la hormiga llegó a los Estados Unidos procedente de Argentina y
consiguió establecerse con éxito en el sur del país durante más de 90
años. Desde Estados Unidos viajó a California, el Caribe, China, Taiwán y
Australia en al menos nueve invasiones diferentes.
Los
científicos, dirigidos por Marina Ascunce, del Museo de Historia Natural
de Florida, analizaron las variaciones genéticas entre 2.144 colonias de hormigas
de fuego procedentes de 75 localizaciones de todo el mundo para
estudiar su expansión. Los descubrimientos apoyan la presencia de un
clásico efecto de "cabeza de puente", por el cual una única población
que se ha establecido por una invasión reciente se convierte en la
fuente de invasiones repetidas a nuevas áreas.
Las hormigas de fuego probablemente fueron de Sudamérica a los Estados Unidos como "polizones" en barcos de carga. Los autores señalan que el aumento del comercio y de los viajes podrían estar detrás de la expansión global de esta especie de insectos.
Las hormigas de fuego rojas son muy agresivas. Atacan ante todo a otras especies de hormigas, lo que en el sur de Estados Unidos ha conducido prácticamente a la extinción de las especies nativas.
RECONOCEN A SUS ENEMIGOS
Científicos alemanes han estudiado la forma de vida de Temnothorax longispinosus, una hormiga capaz de diferenciar a sus peores enemigos, a los que ataca con mucha agresividad.
Esta especie es invadida de manera frecuente por cerca de 20 especies de hormigas denominadas esclavistas, que intentan robar sus crisálidas o ninfas,
y a veces incluso matan a la reina. Cuando estas invasoras son
detectadas, las hormigas intentan morderles y picarles hasta la muerte,
destacan los autores de la Universidad Johannes Gutenberg (Alemania) en
un artículo publicado en la revista Ethology.
Para llegar a estas conclusiones, los científicos estudiaron en el laboratorio cuál era la reacción de T. longispinosus
ante diferentes intrusos. Y comprobaron que cuando las hormigas se
enfrentaron a una especie esclavista la atacaron ferozmente. Sin
embargo, en el caso de otras tres especies, simplemente trataron de expulsar a las intrusas de su nido, sin violencia .
Desde un punto de vista evolutivo, los autores consideran que tiene
sentido esta capacidad de distinguir especies ya que "no desperdician su
energía respondiendo agresivamente ante todos los intrusos. Es lógico
que ajusten su respuesta a la gravedad de la amenaza".
CARRERAS RELEVO
Según un estudio llevado a cabo por el Dr. Xavier Arnan y otros
investigadores del Centre de Recerca Ecològica i Aplicacions Forestals
(CREAF), las hormigas obreras pequeñas son más rápidas buscando semillas,
una destreza que se podría atribuir a que el tamaño reducido les
facilita el movimiento entre la vegetación. Por el contrario, las
obreras de mayor tamaño son mejores transportando las semillas. Caminan
más rápido con la carga encima y tienen menos probabilidad de perderla
por el camino. Es decir, que la habilidad de transportar firmemente la
semilla se incrementa a medida que aumenta el tamaño del individuo. Por
tanto, las cadenas de transporte de semillas en estos insectos se organizan según el tamaño de la hormiga, de más pequeñas a más grandes, hasta que llegan al nido, y pueden implicar desde dos hasta nueve obreras diferentes.
La
estrategia basada en el reparto de tareas y el trabajo en equipo es más
rápida encontrando semillas, más segura a la hora de transportarlas
hasta el nido, pero más lenta durante la fase de transporte, ya que las
semillas deben ir pasando de las hormigas pequeñas a las grandes. Por el
contrario, la estrategia de transporte individual es más lenta a la
hora de encontrar las semillas, menos fiable en el momento de
transportarlas, pero más rápida en el transporte, pues la hormiga que
encuentra la semilla es la que la lleva directamente al nido, sin
intermediarios.
El estudio español, publicado en Behavioral Ecology and Sociobiology, revela que si una hormiga grande encuentra una semilla es muy probable que la transporte ella sola hasta el nido, mientras que si se trata de una hormiga pequeña hay muchas probabilidades de que comience un trabajo en equipo.
Sin embargo, la forma en que se da el trabajo en equipo es peculiar:
parece que no es por propia voluntad que la obrera pequeña pasan la
semilla a la obrera mayor, sino que son las hormigas grandes las que "roban" la semilla de la hormiga pequeña para asegurar el éxito del transporte.
Según recoge la agencia SINC, el estudio se realizó en Castellbell i el
Vilar, un pueblo situado cerca de Barcelona. Los investigadores
siguieron más de 206 semillas de hinojo (Dorycnium pentaphyllum), desde que eran recolectadas por obreras de la especie M. bouvieri hasta su destino. Un 64% de las semillas llegaron al nido, el resto cayeron.
COMPENSAN LAS BAJAS LABORALES DE SUS COMPAÑERAS
Una epidemia de gripe puede cerrar escuelas, vaciar oficinas y hacer que
la productividad caiga en picado. No sucede así en los nidos de la hormiga Temnothorax nylanderi, cuyas tenaces trabajadoras compensan las `bajas laborales´ de sus compañeras, según revela un estudio publicado en The American Naturalist.
La
hormiga estudiada vive en colonias de más de 200 individuos en los
bosques europeos, y puede ser parasitada por un tipo de tenia que
infecta a los juveniles cuando estos toman alimentos infectados con sus
huevos. Los investigadores comprobaron que las hormigas
parasitadas, de un color más claro y de menor tamaño que sus compañeras,
efectuaban pocas excursiones fuera del nido y se dedicaban a `mendigar´ comida a sus compañeras. Sin embargo, en los nidos con presencia del parásito,
la productividad global era muy similar a la de los nidos que tenían
todas las hormigas sanas, lo que indica que las hormigas no parasitadas
en los nidos con hormigas enfermas, las trabajadoras compensan la
inactividad de sus compañeras.
Además, los investigadores observaron que en los nidos parasitados había más proporción de machos que de hembras, y que estos eran de mayor tamaño.
Esto permite que las hormigas sean capaces de ir a buscar comida a
lugares más alejados del nido y tener, por tanto, más posibilidades de
escapar de nuevas infecciones por el parásito.
MUCHAS REINAS, MEJOR QUE UNA
La hormiga del fuego (Solenopsis invicta), apodada "la invencible",
es famosa por su dolorosa picadura y por causar plagas invasoras en
países como China y Australia. Sus sociedades se caracterizan porque
unas tienen cientos de reinas y otras una sola de forma estricta. Ahora
una investigación, liderada por la Universidad de Londres (Reino Unido),
ha analizado el genoma de más de 500 de estos insectos y, según
sus conclusiones, la multiplicidad o no de reinas en esta especie viene
determinada por el gen Gp-9, considerado un "supergen" al estar formado, en realidad, por más de 600 genes.
Según ha explicado a la agencia SINC el biólogo Yannick Wurm, coautor del estudio que publica Nature sobre este asunto, se trata del primer trabajo que logra identificar un "supergen" que condiciona un comportamiento social determinado. Por este motivo, los investigadores han denominado a esta sucesión de genes como cromosoma "social". El gen Gp-9 contiene
dos variantes -a las que han denominado B y b- que difieren en su
estructura, pero que han evolucionado de manera similar a los cromosomas
X e Y, que determinan el sexo de los seres humanos. ?Si las hormigas
obreras de una colonia llevan exclusivamente la variante B del gen
aceptarán una sola reina. En cambio, una colonia de hormigas obreras que además porten la variante b aceptará múltiples reinas con cromosomas Bb?, explica Wurm.
Tener más de una reina implica importantes ventajas para las hormigas del fuego. Los científicos señalan que en las colonias con múltiples reinas hay más hormigas trabajadoras que en las que solo tienen una "monarca", "lo que convierte a las primeras en una forma social más exitosa".
TAMBIÉN HABLAN
Las hormigas tienen un complejo sistema social que hace necesaria la
comunicación entre los miembros de la colonia. Además de las señales
químicas, estos animales también emiten sonidos para avisar a sus
compañeras de algún peligro. Hasta ahora solo se habían escuchado dichos
sonidos en hormigas adultas, pero un equipo de investigadores del
Centro de Ecología e Hidrología de Wallingford (Reino Unido), acaba de descubrir que las pupas, un estado previo a la fase madura, también emiten sus propias voces de alarma.
Para poder “gritar”, algunas especies de hormigas
poseen un pico especializado en el abdomen que pueden golpear con sus
patas traseras. De esta forma, los animales avisan, por ejemplo, cuando
un depredador se encuentra cerca. Cuando las hormigas se encuentran en
la fase de larva, su exoesqueleto no está aún desarrollado, por lo que
carecen del pico especializado y no se podrían sonidos. Sin embargo, en
la fase de pupa, intermedia entre la etapa larvaria y la fase adulta, el
exoesqueleto comienza a estar más desarrollado y el pico se podría
desarrollar.
Para comprobar esta hipótesis, los científicos usaron unos micrófonos hipersensibles y midieron los sonidos emitidos por distintos individuos de la especie Myrmica scabrinodis,
tanto larvas como pupas maduras y pupas inmaduras. Mientras que las
larvas y las pupas inmaduras permanecían en silencio, las pupas maduras
emitían unos sonidos muy rudimentarios.
Los investigadores, que
publican su trabajo en la revista Current Biology, comprobaron que estos
ruidos también son una especie de voz de alarma. Para ello reprodujeron
las grabaciones de las pupas y comprobaron que las hormigas adultas caminaban hacia la fuente del sonido y se quedaban alrededor, observando en actitud de guardia. Sin embargo, cuando se reproducían sonidos aleatorios, las hormigas no respondían.
La investigación supone un paso más para el conocimiento del complejo entramado de relaciones y formas de comunicación de los insectos sociales.
AGRICULTURA SOSTENIBLE
Un nuevo estudio ha demostrado que las hormigas practican la agricultura sostenible desde hace más de 50 millones de años.
Y que del mismo modo que la agricultura ayudó a los seres humanos a
convertirse en una especie dominante, también ha permitido a las
hormigas convertirse en uno de los insectos sociales más exitosos de la naturaleza. Los detalles aparecen publicados en un artículo de Microbiology Today que desgrana el sistema aplicado por las hormigas para mantener sus "huertos" libres de plagas.
Los investigadores también observaron en este estudio que algunas
hormigas obreras tenían una sustancia blanca en sus cuerpos, similar a
la cera. Pero al mirar a través de un microscopio, los científicos
descubrieron que se trataba de un microorganismo del
grupo de las actinobacteruas, que producen más del 80% de los
antibióticos utilizados por los seres humanos. En el caso de las
hormigas, estas bacterias producen compuestos antifúngicos que detiene los patógenos que atacan el jardín.
Y es que estos insectos sociales parecen tener mucho que enseñarnos. Sin ir más lejos, la semana pasada el físico alemán Dirk Helbing demostró que los interminables atascos podrían ser cosa del pasado si aplicásemos las técnicas utilizadas por las hormigas, que son capaces de trasladarse masivamente de un lado a otro sin que se el tráfico se congestione en ningún momento.
ARCA DE NOE
Investigadores del Instituto de Tecnología de Georgia, Estados Unidos, han descubierto que las hormigas de fuego (Solenopsis invicta) crean una especie de balsa resistente al agua cuando hay inundaciones para
salvar a la colonia. Se trata de una estructura en forma de tortilla, y
casi la mitad de la colonia queda sumergida para mantener a flote al
resto, según explican en un artículo difundido hoy en la revista Proceedings of the National Academy of Science (PNAS).
Para comprobar cómo estos insectos altamente invasivos reaccionan ante una emergencia colaborando entre si, el equipo dirigido por David Hu arrojó entre 500 y 8000 hormigas al agua. Observaron que se agrupaban con rapidez, agarrándose unas a otras con sus mandíbulas y pinzas para
formar la estructura. Según señalan los autores, las formaciones de
aire atrapado bajo las balsas probablemente aumentan la flotabilidad y
evitan que las hormigas
de la capa del fondo se ahoguen. Retirando poco a poco las hormigas de
la parte superior comprobaron que las del fondo se movían para conservar
el grosor medio del embalse. De acuerdo con los investigadores, esta
conducta cooperativa entre las hormigas rojas podría basarse en la
coerción.
Aunque S. invicta es originaria de
Sudamérica, la hormiga se ha convertido en una plaga en el sur de los
Estados Unidos, Australia, Filipinas, Taiwán y el sur de la provincia
china Guangdong.
ALGUNAS SE COMPORTAN COMO ZOMBIES
Las hormigas carpinteras tropicales (Camponotus Leonardi) viven en lo alto de las copas de los árboles. Cuando son infectadas por un hongo parásito (Ophiocordyceps unilateralis) el comportamiento de estas hormigas cambia drásticamente, se comportan erráticamente y actúan como zombis.
El hongo las manipula hasta la muerte para obtener condiciones óptimas
para la reproducción. La nueva investigación, publicada en la revista BMC Ecology,
examina los patrones de comportamiento alterado en estas hormigas y
muestra cómo el hongo altera el comportamiento de las hormigas.
Los autores estudiaron en la selva de Tailandia a hormigas carpinteras infectadas por el hongo O. unilateralis.
A medida que se desarrolla, el hongo se extiende por el cuerpo de la
hormiga y la cabeza provocando que los músculos se atrofien. El hongo
también afecta al sistema nervioso central de la hormiga y mientras las
hormigas normales rara vez abandonan las pistas por las que trabajan
acarreando comida al hormiguero, las zombis caminan de una manera aleatoria, incapaces de encontrar su camino a casa. Las hormigas también sufren convulsiones que las hacen caer de los árboles.
Una vez en tierra fueron incapaces de encontrar su camino de regreso a
la copa y se mantuvieron en una zona de sotobosque que resultaba más
fresca para que el hongo pudiera desarrollarse.
Al mediodía solar (cuando el sol está en su lugar más fuerte) el
hongo sincronizaba el comportamiento de las hormigas infectadas,
obligándolas a morder la vena principal en el envés de una hoja.
La multiplicación de las células de los hongos en las cabezas de las
hormigas hace que las fibras dentro de los músculos que abren y cierran
sus mandíbulas se desprendan. Esto da lugar a un "gancho de cierre", que
significa que una hormiga infectada es incapaz de liberar la hoja
después de la muerte. Pocos días después, el hongo genera un cuerpo
fructífero (estroma) de la cabeza de la hormiga que libera esporas para
ser recogidas por otra hormiga errante.
El doctor David Hughes,
de la Penn State University, ha explicado que el hongo ataca a las
hormigas en dos frentes. "En primer lugar mediante el uso de la hormiga
como una fuente de alimento, y en segundo lugar a través de sus músculos y sistema nervioso central, dando lugar a zombis que acaban en el sotobosque húmedo". Este comportamiento de las hormigas
infectadas es esencialmente un fenotipo extendido de los hongos (el
comportamiento de hongos a través del cuerpo de la hormiga).
Fuente: muy interesante